Al fin regresó la lluvia
para desempañar mis ojos
infinitamente desérticos.
Infinitamente desnudos, y
ansiosos de lluvia.
Al fin regresaron
los charcos hambrientos
para devorar mis pisadas.
Regresaron las alas del invierno
para volar al cielo
y ofrecer sus lágrimas.
Regresaron todos los recuerdos,
para preservar en mí sus besos.
El Coleccionista De Momentos
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