11/18/2016

DOMINGO EN LLAMAS

“Era tan grande su soledad
que se detuvo a escuchar el silencio”.

Deambulo las calles sin rumbo,
sin presencia humana.

Poseído por un aroma distante,
por una silueta volátil; me envuelven
ondas de inapreciable luz.

Ausente del rumor de las plazas,
de exiguos latidos de árboles;
soy un fantasma incoloro,
un ínfimo rayo del sol.

Grito a la nada,
a los espectros de mi interior.
Me apago en esta dulce ceguera
que me lleva hasta ti.
A la perpetuidad de la distancia.

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