En el abismo de los hombres
caen las lágrimas del sol,
los ojos del mundo.
Las ciudades se deshacen.
El universo es otoño deshojándose de estrellas,
como los árboles se deshojan calle a calle,
puerta a puerta. La vida: manantial de soledades.
Y es la lluvia sangre de la tierra,
balanceo de sollozos en los trigales.
En mi desamparo me pregunto:
¿cómo serán los sueños de los pájaros,
de los ángeles de piedra?
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