Rocío eran los labios.
Insonoridad del tiempo.
Como elixir de estrellas
perdura tu aroma en mi boca;
delicado perfume de aurora.
En la lejanía, un beso de niebla
se desvanece en el horizonte.
Mis ojos se pierden en la distancia.
Era escalera de hiedra el encuentro.
Tu saliva se diluía en mi cuerpo.
Un escalofrío recorría mis pensamientos.
¿Será esto amor?
¿Reminiscencia de un recuerdo?
Hay días que transito las calles
buscando los besos que perdí,
al pasajero del viento;
un poema sin voz escrito con tu aliento.
Me duele tu nombre
como tu misma dolorosa carne
en mis labios.
VICENTE
ALEIXANDRE
Solo he tenido un nombre
una pequeña infancia sin infancia
y un terrible vacío en cada
ausencia.
PABLO
DEL AGUILA
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